Negocio. Cap 1

Se podría decir que nuestra vida se va desarrollando en una serie de ciclos más o menos definidos, más o menos conocidos, días de 24h, semanas de 7 días, niñez, adolescencia, juventud..., ciclos económicos, sociales... o rutinas diarias que repetimos una y otra vez. Son una parte intangible de nuestra vida y por mucho que nos puedan resultar un poco tediosos en un momento dado, dan consistencia y sentido a nuestro día a día a lo largo del tiempo. Los ciclos y el tiempo se entretejen el uno con el otro y conforman una realidad solapada a la realidad tangible, material, visible y medible.

¿Y sí pudiéramos elegir que ciclo queremos? cómo cuando ponemos una lavadora y elegimos que tipo de lavado nos interesa. Podríamos elegir un ciclo más corto cuando queremos vivir algo intensamente, o uno más largo cuando estemos en un momento que quisiéramos que durara para siempre. Para poder entender los ciclos, tenemos que entender el ritmo de los eventos y acontecimientos, y para eso tenemos que pararnos a escuchar cómo si de una canción se tratase.

¿Y qué tiene que ver todo esto con el concepto de negocio? La relación se crea en el momento que los negocios son la expresión material de nuestras necesidades. Entendiendo nuestras necesidades podemos ajustar mejor nuestros ciclos de consumo, y las empresas podrían crear productos y servicios con una conciencia de de consumo más real y precisa.

Mirando a nuestra realidad desde esa perspectiva, podemos descubrir ciertos patrones que se van repitiendo a lo largo del tiempo podemos verlo en las grandes marcas y compañías que nos rodean. Cambios de imagen corporativa y de sus propios principios empresariales, o estrategias comerciales. Estas grandes compañías se reinventan cada cierto tiempo para adaptarse de nuevo al mercado y no perder competitividad, en una lucha a vida o muerte por mantener su estatus. Su ciclo nunca concluye y el consumidor es el encargado de mantener ese ciclo con vida. Consumimos este tipo de productos, sin saber muy bien si es lo que realmente necesitamos, o es lo que estas grandes empresas necesitan que queramos. Entramos en su ciclo, sin ser conscientes del todo si se corresponde realmente con el nuestro, y esto puede resultarnos agotador como consumidores.

No olvidemos que el 5G y IOT, el internet de las cosas, nos traerá una información detallada de nuestros hábitos de consumo en casa y fuera de ella, y que Amazon ya utiliza este sistema con su servicio llamado "Mis suscripciones a productos". O la nueva factura de la luz, que usa bloques para crear usos más eficientes.

Pero qué pasa con las pequeñas empresas, con el resto de los negocios que no son multinacionales o corporaciones, muchos de los medianos o pequeños negocios no tienen esa longevidad, y a lo mejor tampoco es tan malo. En estos entornos, muchas veces surgen ideas pioneras, rompedoras que pueden vivir durante un periodo de tiempo concreto y luego, pueden desaparecer o incluso entrar en letargo, y esperar a otro momento de gloria, a otro ciclo de existencia readaptándose y volviendo a la vida de una manera más competitiva, incluso como una startup. Un caso de negocio que entra aquí es el de las clásicas y conocidas alpargatas. 

Con este tipo de empresas, nosotros los consumidores, tenemos una relación más personal, mas ajustada a nuestras necesidades y por eso, deberíamos entender mejor la diferencia que supone comprar cualquier producto o servicio a una gran compañía o una más pequeña. Si conociéramos nuestro propio ciclo de consumo, este podría ser mucho mas eficiente y satisfactorio. 

Durante la pandemia han tenido que cerrar muchos negocios que no han podido aguantar el tirón de esta crisis, pero en muchos casos estoy segura podrían resurgir con un nuevo enfoque y adaptándose al nuevo entorno de consumo y ofreciendo a sus clientes un modelo más responsable y sobre todo, más consciente.

En mi experiencia profesional bajo estas premisas de consumo responsable, co-cree la marca  Ramas, que nació para la venta de productos ecológicos y naturales, hoy en día denominados mercados de nicho. Y por qué no crear Ramas 2.0. El concepto de la marca está totalmente vigente, y el consumidor, es mucho más maduro a día de hoy.

La necesidad de adaptarnos a nivel personal a los nuevos cambios, y entrar en estos ciclos muchas veces no implica un cambio radical de nosotros mismos, si no más bien un reajuste y en muchos casos la sensibilización y simple aceptación del cambio.

Ramas fue un proyecto pionero  de venta multiplataforma centrado en la experiencia del cliente y creó un verdadero canal de venta alternativo a las grandes marcas de cosmética.

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"Ramas 2.0 es un espacio dónde puedes elegir lo que mejor se adapte a ti y tus gustos, productos naturales para una vida más acorde con tu propio ciclo de consumo."

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© Eva Posada
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